El histórico voto nulo del 16,33 por ciento logrado por las organizaciones indigenistas ecuatorianas en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebrada este domingo ha sido a la postre determinante ante la igualdad entre los dos candidatos en liza, el progresista Andrés Arauz y el conservador Guillermo Lasso, quien se ha impuesto finalmente por cinco puntos de diferencia.
Este 16,33 por ciento, un total de 1.728.482 votos nulos, adquiere una relevancia mayor si cabe teniendo en cuenta que la población indígena ecuatoriana supone un 7 por ciento del total, según estadísticas oficiales.
Yaku Pérez y su partido, Pachakutik, pidieron a sus simpatizantes votar nulo en protesta por lo que consideran un fraude electoral en la primera vuelta del 7 de febrero, cuando después de pasar gran parte del recuento clasificado para la segunda vuelta con Arauz, repentinamente fue superado por Lasso por apenas 32.000 votos.
Los organismos electorales desestimaron sus recursos y peticiones para un recuento de votos en varias provincias del país, incluido el acuerdo alcanzado entre Lasso y Pérez para solicitar el recuento del que el propio Lasso se retractó.
El domingo, Pérez depositó una papeleta con la frase "Yaku, Presidente resistencia" manuscrita en el colegio Fausto Molina de la provincia de Azuay, en el sur de Ecuador y dijo sentir "indignación e impotencia" tras ejercer su derecho.
El movimiento indigenista tiene vinculación con la izquierda. De hecho, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), Jaime Vargas, fue expulsado de Pachakutik el pasado 6 de abril, después de que respaldara la candidatura del correísta Arauz. "Él ya no es representante del movimiento indígena", explicó entonces el coordinador de Pachakutik, Marlon Santi.
El partido de Pérez, Pachakutik, conserva sin embargo una histórica representación tras las elecciones legislativas de febrero, ya que es actualmente la segunda fuerza política del país con 26 asambleístas.